lunes, 12 de octubre de 2009

Ellos también lloran

24 horas antes de entrar en la plaza, el toro es arrebatado de su hábitat y encerrado en un cajón tan reducido que no tiene más remedio que mantener el cuello torcido hacia un lado para caber en él. El animal, desconcertado, no ve nada, no entiende por qué lo encierran allí. Pasa un largo tiempo en el que se va debilitando al no poder moverse ni probar bocado. Unas horas antes de entrar en la arena, sacan al toro de aquel cajón oscuro y se disponen a prepararlo para la corrida. Primero, le recortan los cuernos para proteger al torero, le cuelgan sacos de arena en el cuello, le golpean los testículos y los riñones... todo esto para que llegue al ruedo débil y en completo desorden. Después, le untan los ojos con grasa para dificultar su visión y le insertan bolas de algodón en los orificios nasales para que respirar le resulte más costoso. Y no sólo eso, le impregnan las patas con una substancia que produce ardor y le impide estarse quieto. Ahora sí que ya está preparado para su posterior tortura pública.

El animal llega a la plaza desorientado. La luz y los gritos de los espectadores le aterran. Su único objetivo es huir, saltando las barreras, lo que produce en el público una sensación de que el toro es violento y quiere atacarles, pero él lo único que pretende es salir de ese infierno. Ahora se encuentra cara a cara con el torero. El animal advierte el brillo de la muerte en los ojos de su rival. Su destino ya está escrito. Su asesinato servirá para causar los vítores de los espectadores y el orgullo de su homicida.


Yo amo a los animales. Por no ser, no soy capaz ni de pescar. Prefiero con diferencia una pandilla de gatos a una reunión de políticos encorbatados. Una de las cosas más gratificantes en la vida que sentir el cariño de una mascota. Ellos nos regalan la inocencia que a la mayoría de nosotros se nos ha escapado con el tiempo. Encerraría a los que torturan por diversión, prohibiría las prácticas retrógradas de algunos pueblos que consisten en hacer sufrir a un animal por mero entretenimiento. Muchos alegarán que es costumbre y tradición. También eran habituales los combates a muerte entre gladiadores y no hay razón que justifique la pervivencia de esa práctica.


En mi opinión no hay excusa para defender ni la tauromaquia ni el resto de barbaridades que se hacen con animales. Hay algo enfermizo en despreciar la vida, en buscar la muerte de alguien que no es tan diferente a nosotros. Sólo que ellos gritan en silencio. Yo digo que pongamos voz a los que no la tienen, que defendamos a los indefensos. Porque los toros también lloran.






Si el toreo es cultura, el canibalismo es gastronomía. Manuel Vicent

4 comentarios:

  1. Toma ya!Encerrarles,sólo?Torturarles a todos,clavarles en la cabeza dos palos y en las puntas dos bolas de fuego.
    Con esa gente nunca evolucionaremos,porq son retrasados, se han qedado en otro epoca de ignorantes.
    LLONGAZAAAAAAAAAA!!!!(L)

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  2. desgraciadamente este es sólo el ejemplo digamos más vistoso y que todos conocemos, pero si indagamos en cómo pasan la vida otros animales y pongo tan solo algunos ejemplos :las gallinas ponedoras (donde viven constantemente con luz artificial para poner más huevos, no salen de la jaula y eso durante toda su vida), las formas terroríficas en que se matan a los animales, la vida que llevan desde que nacen hasta que son sacrificados....... son innumerables los ejemplos. Todos estamos acostumbrados a ver los camiones de transporte de ganado donde no se pueden mover y muchos de ellos mueren en el tránsito.... Partiendo de la base que todos los ejemplos me parecen tremendos y sobretodo que luego nos los comamos (me incluyo aunque no como todas las carnes si algunas) el ejemplo del toro de lidia es el menos sangriento, aunque nos parezca horroroso los hay infinitamente peores, al menos (y no trato de justificar nada) viven toda su infancia y juventud en libertad cosa que no ocurre con los animales que nos comemos o que aprovechamos productos como huevos o leche.

    Si pudiera sería vegetariana estricta, porque Rocío si investigas la vida de los animales que consumimos te horrorizarias, y creeme hablo desde el conocimiento porque sé cómo viven.

    Ojalá pudieramos solucionar algo y que se parara tanta crueldad, pero qué vamos a pedir a una sociedad que maltrata abandona tanto a niños, ancianos, mujeres, mascotas........

    A veces pienso que el infierno no está tan lejos sino que vivimos en él......

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  3. Hola Xio soy Clara, tu hermana. ¡Muy bien pensado, pobres toros! Si sigues escribiendo así de bien, acabarás siendo profesional.
    Bueno que quieres que te diga,
    adiós :)

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  4. Hola Xio!
    No puedo estar más de acuerdo contigo; espero que poco a poco la comunidad antitaurina consiga hacer fuerza suficiente para que prohiban esta barbaridad!
    Por cierto, me has hecho llorar =)
    Besetes

    Rocio Caro

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