miércoles, 30 de diciembre de 2009

True or false?

Empezó el día que me descubrí a mí misma intentando descifrar la expresión facial de una persona prácticamente desconocida. A partir de ahí me interesé por ese tema y, cómo no, le pregunté a google si me podía responder a alguna de mis cuestiones. ¿Todos nuestros gestos, movimientos y posiciones son un reflejo de nuestras emociones? Si es así, ¿hasta qué punto podemos saber lo que siente una persona sólo con mirarle a la cara?

Indagando encontré una página con unos artículos muy extensos sobre el arte de detectar mentiras. El autor era el investigador estadounidense Paul Ekman, que había dedicado los últimos años a realizar estudios que comprobaran si hay algún signo o gesto que nos diga si una persona está mintiendo. Leerlo y entenderlo todo me costó más de una semana. No puedo decir que me sentí decepcionada, pero tuve la sensación de que faltaba mucho, quizá demasiado, por analizar como para sacar una conclusión clara y definitiva sobre el tema.

La mentira es una característica central de nuestra vida. No comparto la opinión de que sea algo censurable. Proclamar que nunca se debe mentir en la relación de una pareja o con tus padres es caer en un simplismo exagerado. Hay mentiras inofensivas, y hasta humanitarias. Además, si se quiere, la verdad se puede utilizar como un mazo y causar con ella mucho sufrimiento.

No hay una expresión específica que nos afirme que alguien está mintiendo. Hay, sin embargo, muchos movimientos que nos pueden llevar a saberlo. Si el mentiroso no se siente bien con lo que está haciendo, mantendrá la mirada hacia abajo y disminuirá la velocidad del habla como señal de vergüenza. U otro que siente ira porque sabe que están descubriendo su engaño probablemente fruncirá los labios a menudo, enrojecerá o elevará su tono de voz. Un sinfín de expresiones nos pueden delatar el estado de ánimo de una persona, pero ninguna es específica para la mentira.

Freud dijo: Quien tenga ojos para ver y oídos para oír puede convencerse a sí mismo de que ningún mortal es capaz de guardar un secreto. Lo que sus labios callan, lo dicen sus dedos; cada uno de sus poros lo traiciona. Sin embargo, Ekman había corroborado mediante un estudio que en la detección de una persona mentirosa la gente no tenía más éxito que si actuara al azar.

Lo que yo creo es que, como mentirosos, no somos ni perfectos ni imperfectos, y detectar el engaño no es ni tan fácil como decía Freud, ni imposible. Si todos supiéramos mentir a la perfección, o por el contrario, nadie pudiera hacerlo, la vida sería bastante insulsa. Si cada sonrisa tuviera que significar que realmente sientes felicidad, o cada perdón tuviera que ser necesariamente verdadero, se perderían las relaciones de cortesía, el afán de suavizar las cosas o de ocultar aquellos sentimientos de los que no te enorgulleces.

Por suerte, podemos elegir entre ser veraces y mentir, delatar la mentira o dejarla pasar, ser engañados a sabiendas o conocer la verdad. Podemos ocultar algo sin sentir remordimientos, o confesar una mentira al cabo del tiempo porque la sensación de culpa es insoportable. Nos guste o no, la mentira es algo casi tan básico en nuestra sociedad como la verdad. Y quien diga lo contrario, miente.

5 comentarios:

  1. Siento no haber escrito antes. Pero tengo un problema, y es que a veces me exijo demasiado en lo que escribo, y si no me gusta el resultado me bloqueo. Y llevo un par de semanas bloqueada, y no estoy segura de que se me haya pasado del todo esa inseguridad. Pero bueno, supongo que a todos nos hemos sentido así alguna vez, no? Nunca estamos seguros de nada, y nos olvidamos de que la duda casi siempre es dañina cuando se trata de uno mismo.

    Espero retomar esto como se merece pronto. Gracias por todo!

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  2. hola "sister" somos Mami y Clara.Que no se que quieres que te diga.
    Pues que escribes muy bien, ale.
    Un saludo :)

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  3. hola sister somos Mami y Clara aunque mami está ausente.
    Bueno que quieres que te diga...
    Pues que escribes muy bien, ale.
    Besos :)

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  4. Feliz año nuevo, Rocío, para ti y tus lectores. Interesante asunto el que tratas en el post. Por simplificar mucho, me parece que hay dos aproximaciones psicológicas a la cuestión gestual, facial, etc. Una, más superficial y más atractiva en primera instancia, que se aborda en revistas y que en algún momento de la vida (juvenil, más bien) nos incita a casi todos a ser detectives psicológicos. Ahí tenemos una serie de claves: si fulanito se cruza de brazos durante una conversación está a la defensiva, etc. Como juego está bien, pero científicamente es muy discutible, y además requiere de apreciaciones combinadas y algo más riguroso que un mero acercamiento visual. Luego, está una línea de psicología más profunda. Tú citas a Freud. Su libro "Psicopatología de la vida cotidiana" es un clásico sobre esto y de lectura apetecible como una novela. A mí me fascinó hace años un libro de Carl Gustav Junger, el principal discípulo de Freud, titulado "Los complejos y el inconsciente". Por no extenderme no entro en más detalles, y aunque el libro de Junger no es exactamente sobre este tema da pistas para entenderlo. Y además es una golosina para el lector interesado en la psicología.

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  5. Pues si eso te mola, entonces tienes que ver la serie Lie to me (Mienteme) que va de expresiones faciales y las mentiras. Es la caña!

    http://www.seriesyonkis.com/serie/lie-to-me/

    A mi esque siempre se me ha dado bien eso de reconocer gestos, lo llevo en la sangre ^^
    Asique si además de gustarme, hay una serie para ello... feliz de la vida! :D

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